AL PIE DEL VIEJO OLIVO
No he de faltar al pie del viejo olivo.
Rozar con mis manos la tierra que te duerme,
y esculpir tu nombre con los dedos.
Meditar en la aurora de ojos tristes
que habita la sombra que te envuelve…
Aún vislumbro, entre la luna del alma,
a tu niña campesina
en aquellas tardes de pan y chocolate,
letanía inacabable
de vivas primaveras y juegos otoñales.
Lejos quedan tus años de fresca savia,
contados a la luz de esa vela
que enciende olvidos.
Lejos queda la siembra hermosa de rosas
en el regazo amado,
con el fértil vigor de tus alas.
Y me llegan las noches temibles
en tu mirada quebrada,
de otoños que niegan el sol y la palabra.
Mas cuando se acerque la hora
en que la vida ya duele…,
sean ciegos mis ojos
y mi carne solo huesos,
sabré que el silencio ya viene.
Me vestiré con mis últimos versos,
caminaré sin miedo.
No he de faltar
al abrazo helado de la tierra,
y sabré de la muerte y su misterio…
Pero aún amo la luz, papá,
el canto de un gorrión,
los ramos blancos de almendro…
Vendrá ese día, en el ancho cielo,
donde fundamos las manos
en el suave ribazo del sosiego.
Y seremos prado
floreciendo de nuevo
en la frágil llama del olivo viejo.
@Anif Larom
A la memoria de Pablo, mi padre
Se marchó el 24 de septiembre de 2018
Si alguien desea dejar un pensamiento, a su manera, de un familiar querido y rescatar para el futuro su memoria, lo publicaré con cariño en esta página.
Mi correo: anif-larom@hotmail.com